viernes, 2 de noviembre de 2007

El humanzee


Humanzee (también manpanzee o chuman) es un término usado para referirse a los híbridos hipotéticos entre humano y chimpancé y, particularmente, a un peculiar simio de nombre Oliver, que fue popularizado en los años 70 como un posible híbrido auténtico, aunque posteriormente se comprobó que no lo era. Supuestamente, Oliver presentaba características excepcionales en un simio, como su costumbre de caminar siempre erguido como los humanos, y su gran inteligencia. Esto hizo de Oliver un enigma para la ciencia y también, por desgracia, una sometida estrella del show business y del morbo del público.

Oliver se trataba de un primate muy conocido en los años 70, del cual se dice que fue capturado en África en la región del Congo y vendido como un chimpancé. Supuestamente, Oliver presentaba una apariencia distinta a la de otros chimpancés: tenía menos pelo, un hocico menos pronunciado ,un cráneo más pequeño y redondo, y orejas puntiagudas (un rasgo poco frecuente tanto en chimpancés como en humanos). Algunas de estas características le daban un aspecto notablemente humano a Oliver, en comparación con el resto de los chimpancés. Pero estos atributos no eran los únicos que lo hacían especial. Oliver presentaba también comportamientos humanos, tales como caminar erguido (algo que los simios solo hacen durante cortos períodos de tiempo) o sentarse en sillas como los humanos. Supuestamente también, estaba dotado de una gran inteligencia en comparación a otros simios, con la cual podía recibir órdenes complejas y ejecutarlas. También tenía, según afirmaron algunas personas, un olor inusual, distinto del olor de los chimpancés y del de los seres humanos. Asimismo, Oliver disfrutaba más de la presencia de los humanos que de la de los chimpancés. Incluso se decía que era atraído sexualmente a las humanas y no hacia las hembras de chimpancés, aunque esto parece ser una leyenda urbana. Además los chimpancés rechazaban la presencia de Oliver, por lo cual nunca se logró su reproducción. Se afirma que Oliver ayudaba en las tareas de la casa, pero cuando empezó a demostrar interés sexual por la esposa del dueño del circo fue vendido en 1976 a un abogado de Nueva York llamado Michael Molineroy. Al pasar los años fue vendido sucesivamente hasta llegar a un laboratorio de experimentación animal. Afortunadamente, quizás debido a un exceso de animales para experimentación, Oliver nunca fue requerido para probar los efectos de algún cosmético o medicamento, pero igualmente estuvo confinado por siete años en una pequeña jaula. Oliver fue nuevamente descubierto y por fin retirado del laboratorio en 1996, pero debido a la carencia de movimiento en cautiverio sus músculos se habían atrofiado. Luego de ser rescatado, fue enviado a un hogar de retiro para chimpancés. Allí finalmente se le realizaron pruebas científicas más creíbles y fiables para tratar de despejar la discusión sobre las numerosas hipótesis sobre el origen de Oliver.

1 comentario:

Adriana Bañares dijo...

Que mal rollo da ese bicho...